viernes, 10 de octubre de 2008


FANTASEAR A TRAVÉS DE LA LITERATURA

En sus trabajos, Piaget distinguió cuatro etapas en el desarrollo intelectual del niño. En el estadio sensoriomotriz —desde el nacimiento a los dos años—, el niño se ocupa de adquirir control motor y conocer los objetos del mundo físico, pero aún no forma símbolos de estos objetos. Después, en el periodo pre operacional, de los dos a los siete años, el niño se ocupa de adquirir habilidades verbales y empieza a elaborar símbolos de los objetos que ya puede nombrar, pero en sus razonamientos ignora el rigor de las operaciones lógicas. Será después, en la etapa de las operaciones concretas, de los siete a los doce años, cuando el niño sea capaz de manejar conceptos abstractos como los números y de establecer relaciones. El niño trabajará con eficacia siguiendo las operaciones lógicas, siempre que lo haga con símbolos referidos a objetos concretos y no abstractos, con los que aún tendrá dificultades. De los doce a los quince años (edades que se pueden adelantar por la influencia de la escolarización), desarrolla la etapa operacional formal, si es que alcanza esta etapa, porque según Piaget, no toda la población llega a este nivel, y operará lógica y sistemáticamente con símbolos abstractos, sin una correlación directa con los objetos del mundo físico.

Los cuentos permiten aprender y afianzar conceptos básicos, desarrollando el vocabulario, el lenguaje comprensivo y expresivo. Los niños y niñas son los principales protagonistas de estos “Cuentos para aprender y hacer”, de una forma interactiva, ya que no se limitan a escuchar o ver, sino que hacen y participan contestando a preguntas sobre ellos, vivenciándolos, narrándolos, leyéndolos según los casos y de forma manipulativa, coloreando o indicando las respuestas. Con estos cuentos se ha comprobado que los alumnos/as aprenden y afianzan esa parte fundamental que son los conceptos básicos y además continúan desarrollando y ampliando el vocabulario, así como el lenguaje comprensivo y expresivo. Este trabajo está destinado a los alumnos de Educación Infantil así como a los lectores de los primeros cursos de Educación Primaria, ya que tienen la posibilidad de afianzar lo que han desarrollado durante la Educación Infantil, pero con el aliciente de realizarlo autónomamente mediante la lectura. Material presentado de una forma lúdica-pedagógica, cuyo objetivo es desarrollar todos los aspectos del lenguaje llegando a conseguir los objetivos programados de una forma amena y motivadora. Los cuentos van acompañados con ilustraciones, actividades y conceptos básicos, así como un guión de la dramatización propuesta.

Jugar con las palabras y las imágenes no es la única manera que los niños tienen para aproximarse a la realidad, pero ésta no significa ninguna pérdida de tiempo. Significa apoderarse de las palabras y de las cosas. Por eso sostengo que el libro-juguete (las fábulas, las aventuras, la poesía en la que la lengua juega consigo misma) ha de tener un lugar duradero en la literatura infantil, junto a otros libros que actúan sobre otros componentes de la personalidad infantil, abriendo otros caminos en el itinerario que tiene un extremo en el niño y otro en la realidad. Hasta esos otros libros, para dirigirse a los niños, no podrán olvidar el lenguaje de la imaginación: su autor deberá sentir sus vivencias en la imaginación si quiere que el mensaje llegue a su destinatario.

Un libro para niños se puede considerar como logrado cuando interesa a los niños y estimula y compromete sus energías morales, toda su personalidad, al igual que hace un buen juguete. Esto quiere decir que el libro ha de responder a cualquier pregunta fundamental, a cualquier necesidad real de los niños, ha de ser, en cierta manera, un instrumento de su crecimiento. El crecimiento es una investigación para la que tiene necesidad de una gran variedad de materiales y, por lo tanto, de libros diversos que constituyen a la vez algo semejante a una "biblioteca de trabajo", un campo de juego, un gran espacio abierto, que pueda gestionar libremente y que está a su servicio en distintos momentos. Libros al servicio de los niños, no niños al servicio de los libros. Libros para niños productores de cultura y de valores, no para niños consumidores pasivos de valores y de cultura producidos y dictados por otro.

Muchos de nuestros escritores actuales, empeñados en hacer asequible a los adolescentes el “hecho literario”, escriben pensando en ellos, y abordan en sus obras problemas que son propios de la juventud .Su forma de hacer literatura no desmerece de otra cualquiera digna de tal nombre, y ha ayudado a lograr, en cierta manera, fomentar el hábito de la lectura entre determinados jóvenes, que rechazan cualquier otro tipo de literatura. Y puesto que los alumnos, además de alcanzar un “nivel lector” satisfactorio, deben elaborar textos con una finalidad literaria. Estamos convencidos de que la lectura de obras de esta naturaleza puede contribuir a que los alumnos aprendan a ser ellos mismos -sin duda el más difícil de enseñar de todos los contenidos, y que debe constituir el objetivo último en que converjan todos los esfuerzos educativos-; y, a través del disfrute de los valores culturales, a que lleguen a ser más libres y, por tanto, más justos y solidarios.

La globalización hace meditar acerca de la necesidad que tienen las niñas y niños de acercarse cada vez más a un libro, con el fin de conocer los valores de nuestra cultura en un mundo globalizado, donde poco a poco hemos ido perdiendo identidad. El no leer desde pequeño implica que ese niño o niña tendrá más dificultades de expresión en su vida adulta, más que aquel niño que ha escuchado la narración de cuentos y ha sido ayudado de esta forma a comprender el significado sobre el mundo y el entorno que lo rodea. En efecto, al acercar a un niño a la lectura, por ejemplo a través de la narración de historias, estaremos haciendo de él un ser más creativo, más innovador, y al mismo tiempo más conocedor del mundo del que es parte.

Para finalizar, la literatura va aún más allá, pues ayuda a desarrollar destrezas de pensamiento Creativo: destrezas que permiten no solo solucionar problemas y tomar decisiones sino crear una nueva relación conceptual; con elementos, hechos y situaciones no vinculados anteriormente. La creatividad es la destreza de pensamiento más compleja, pues, en ella se combinan la intuición, el concepto y la imaginación, como toda destreza, puede ser adquirida y desarrollada.

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